miércoles, 1 de enero de 2014

Editorial

2014: Año de definiciones 
Finalizó 2013 y ahora es sólo  un recuerdo para millones de mexicanos que no la vieron llegar en este periodo, que para muchos era esperanzador. Este año que terminó, lejos de encaminar a los mexicanos  hacia una mejoría económica terminó por empobrecer aún más a millones y millones de compatriotas. Sí, en materia económica no nos fue nada bien a los mexicanos y ello trajo consigo la frustración y el enojo de trabajadores y amas de casa, entre otros, a los que sólo les quedó aguantar estoicamente.
Los gasolinazos mensuales y el alto costo que mes con mes alcanzaron y siguen alcanzando bienes y servicios, incluidos alimentos, ropa y calzado, mantienen hundidos en la miseria a gran parte de los mexicanos.
Lejos de notar una mejoría en su bienestar, más de 60 millones de compatriotas fueron enviados a juicio por no poder pagar sus viviendas y están en peligro de perderlas, ante unos salarios de miseria que ni alcanzan para nada.
El 2014 se  caracterizará  para los trabajadores el de contar con un aumento salarial insuficiente.  Por si fuera poco, la cuesta de enero que se avecina con todo y alza de impuestos que nunca van a pagar los empresarios, sino que se lo cargarán a los mexicanos con el alza de precios en sus productos, es un golpe más que no se puede esquivar.
Por todo ello, se espera que ante las reformas económicas el 2014 lo mejor, haya una mejoría económica  Y es que, para que decir que no si sí, millones de mexicanos que ya no sienten lo duro sino lo tupido, ya están cansados de esta situación, de probar medicinas amargas que desde hace 40 años atrás.
Al iniciar este 2014 persisten dos visiones muy distintas acerca del balance anual, una inclinada hacia la decepción ciudadana, que ha visto muy a lo lejos el tema de las reformas, desconfiando más en sus consecuencias, y otra que destaca el compromiso del Legislativo para no dejarse amedrentar por ningún chantaje.
El meollo es que, estructuralmente, la amplia serie de reformas aprobada a lo largo de 2013 en renglones torales, como educación, telecomunicaciones, política, energía y en el ámbito hacendario y financiero, crea el basamento legal, y constitucional, para continuar con la transformación de México desde el GATT, en 1986, y el TLCAN, el 1 de enero de 1994.Así de importante es lo que hizo en materia legislativa el Congreso de la Unión: Romper con un molde de intereses políticos entretejido alrededor de grandes temas empantanados en los últimos 15 años.
No obstante, la población no ha digerido aún las transformaciones en el papel; nadie, a la más alta esfera, ha tenido el talento de explicar la relevancia de haber llevado a cabo tales modificaciones, sumado a que la economía mexicana, su PIB, pasó de más a menos; si bien la proyección era de un crecimiento esperado entre el 2.7% y 2.9% en 2013, cada mes, conforme avanzó el año fue cayéndose dicha estimación casi hasta el 1 por ciento.
La ralentización de la economía fue, claramente, percibida por todos; después del segundo trimestre del año sucedió una especie de parálisis en torno a la expectación provocada por si el Presidente Peña Nieto lograría cumplir con hacer del Pacto por México la plataforma para que fuera aprobada la Reforma Energética.
Y aunque al Pacto se quedó sin gas, y se crearon fuertes rencores no fue óbice para que fuera aprobada la inversión privada nacional y extranjera en el sector energético mexicano, anunciándose, así, una nueva era para Pemex.
Pues se espera un año de oportunidad pero también un difícil reto para continuar creciendo.